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2 de marzo de 1997

Columna 13

Gracias a aquellos de vosotros que escribís dándome ánimo y apoyo. Las nuevas cartas y contestaciones deberían estar ya en la sección de cartas. Debería mencionar que también ha habido algunas cartas hostiles. Pero no las voy a publicar porque creo que no dicen nada constructivo. Sólo mucho veneno y odio. Supongo que los supuestos grupos por los derechos de las víctimas han estado muy ocupados. No me siento obligado a publicar esas cartas, y ya tienen sus foros. Se llaman las noticias de la noche y los periódicos. Pero me encanta oír a quienes tenéis algo inteligente que comentar. También os doy las gracias a quienes me habéis escrito directamente.

Quería hablar un poco más sobre los tribunales y sobre cómo funcionan los juicios de pena de muerte porque muchas de las preguntas que recibo son sobre esta parte del sistema legal. Las últimas veces hablé sobre la disposición de las salas de juicios y un poco sobre cómo el jurado es "calificado de muerte" (el proceso de selección del jurado en un juicio de pena de muerte). Debería mencionar que así es como funciona el proceso en California. Estoy seguro de que varía un poco según el estado, pero dudo seriamente de que haya grandes diferencias.

Como podéis ver en las últimas columnas, hablé un poco sobre cómo los jurados en un juicio de pena de muerte son elegidos. Del grupo de jurados calificados, los fiscales eliminarán a los jurados que no quieren que participen en el juicio. Cada lado (el fiscal y la defensa) tienen un número específico de jurados que pueden excluir. No es necesario dar ninguna razón para excluir a alguien. A causa del mismo proceso de selección del jurado, siempre hay un importante contingente de jurados favorables a la pena de muerte. Así que, en esta parte de la selección, el fiscal se librará de aquellos que tienen posturas moderadas sobre la pena de muerte, mientras que la defensa intentará librarse de los más fervientes defensores de la pena de muerte.

Como podéis ver, este proceso tiende a inclinar severamente el jurado hacia aquellos que defienden la pena de muerte. De un grupo de cincuenta potenciales jurados, la defensa puede esperar a uno o dos moderados . . . si es que es un "buen" jurado. He oído historias sobre jurados que bromeaban sobre la pérdida de tiempo que supone ir a juicio, y sobre por qué no podían simplemente ir al grano y condenar al acusado a morir ahí mismo. Es decir, incluso antes de que empiece el juicio. Desgraciadamente, esta clase de comentarios no son descubiertos hasta mucho después de que el juicio haya terminado y el acusado esté ya en el corredor de la muerte. Cuando el proceso de selección del jurado final comienza y el fiscal y la defensa han terminado de entrevistarles, lo mejor a lo que la defensa puede aspirar es a un jurado moderado que esté dispuesto a escuchar las pruebas y a esperar oír a todas las partes antes de decidirse. Ya que los jurados moderados son mucho menores en número, es fácil para los fiscales excluirles de estar presentes en el juicio, así que a lo más a lo que la defensa puede aspirar es a librarse de los más extremistas defensores de la pena de muerte. Una vez que el jurado ha sido elegido, habrá doce jurados y un número de suplentes, generalmente de cuatro a seis, dependiendo de la duración estimada del juicio.

Una vez que los jurados que estarán presentes durante el juicio y los suplentes han sido seleccionados, el juicio comienza inmediatamente. Después del que mío fuera seleccionado, me incliné sobre la mesa e intenté echar una mirada a las personas que tenían mi destino en sus manos. Era interesante observar el lenguaje corporal y las caras de esas personas que iban a decidir mi futuro. La mayoría no mostraba ninguna expresión, pero había un par que parecían excitados por la idea de ser capaces de sentarse y decidir si un ser humano iba a morir. Había un par que parecían entender la profundidad de la situación y no parecían muy felices ante la perspectiva. Cuando le pregunté a mi abogado sobre esos dos jurados, repasó sus cuestionarios y vio que eran moderados defensores de la pena de muerte. Supongo que empezaron a descubrir la realidad de la situación en aquel momento.

No era muy alentador ver que aquellos que tenían miradas de excitación en la cara eran los mismos que declararon ser fervientes defensores de la pena de muerte . . . pero me gustaría pensar que eran abiertos de mente. He hablado con otros que están en el corredor de la muerte y les he oído decir que tuvieron jurados que simplemente se sentaron allí y se les quedaron mirando con abierta hostilidad durante todo el juicio, al parecer sin escuchar las pruebas o argumentaciones del caso.

A causa de la duración de muchos juicios (de cuatro a seis semanas en la fase de culpabilidad y otro par de semanas para la fase de condena) la mayoría de los jóvenes no participan en los jurados de pena de muerte. Como la mayoría de los jóvenes van a clase, o tienen trabajos a los que no pueden faltar durante meses para participar en un juicio, la mayoría de los jurados suele ser gente mayor, que habitualmente tienen opiniones más fuertes y son más rígidos en su pensamiento. Habitualmente son menos abiertos de mente y menos proclives a escuchar las dos partes de un argumento. Durante toda su vida han oído cómo los tribunales miman a los acusados, cómo los acusados tienen a todas las leyes de su lado, así que creen que es su gran oportunidad de equilibrar las cosas. La realidad es que desde los sesenta, los tribunales y los políticos han rebajado gradualmente la protección de los acusados en los juicios . . .  salvo en el caso de que tengan un montón de dinero que gastar en abogados y expertos.

Me gustaría hablar un poco más sobre esto, pero por razones de espacio, tendré que dejarlo aquí y continuar la próxima vez. Espero que no os resulte demasiado aburrido, pero como dije, mucha gente me ha escrito preguntándome cómo funciona el proceso, así que estoy intentando explicarlo lo mejor que puedo. Intentaré terminar en la próxima columna. Gracias por vuestra paciencia.

Hasta pronto,
Dean