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13 de julio de 1996

Columna 11

Elegir un jurado en un juicio de pena de muerte es obviamente un ejercicio macabro, pero también es uno que tiene defectos. Pero, antes de que hable de eso, quiero hablar de la forma en que las salas de los tribunales están diseñadas. Quizás penséis que es ridículo afirmar que el modo en que una sala está diseñada tiene un efecto en el juicio, pero dejad que me explique.

Cuando entras en una sala de tribunal en California, el plano es prácticamente el mismo en todas ellas. Ya que la mayoría de la gente ha visto al menos una parte de l juicio de OJ en la televisión, podréis visualizar lo que estoy describiendo. Si te sientas en el banco del jurado y miras a la sala, esto es lo que verás. Al lado del banquillo del jurado está el estrado donde los testigos se sientan y declaran. Al otro lado del estrado de los testigos está el banco de los jueces, sentados por encima de todo lo demás, para darles un aire de autoridad. De cara al banco de los jueces y al estrado de los testigos están las mesas donde se sientan el abogado y el fiscal durante el proceso. Entre la mesa del fiscal y la de la defensa hay un podio donde los abogados se sitúan al hablar a la corte y al jurado. Lo más cercano al banquillo del jurado es siempre la mesa del fiscal, luego el podio y al otro lado de éste la mesa de la defensa. La persona que está siendo juzgada se sitúa tan lejos del jurado como sea posible. Cuando fui a juicio, ni siquiera podía ver a la mitad del jurado, salvo que me inclinara sobre la mesa para mirarles. Esta disposición hace que el acusado parezca distante, ni siquiera una parte real del procedimiento, lo que, en mi opinión, facilita al jurado el despersonalizarte cuando estás siendo juzgado. Al mismo tiempo, el fiscal está sentado casi sentado en las rodillas del jurado durante todo el juicio, y éste tiene la tendencia a establecer una relación con él. Esto puede sonar como algo trivial, pero consideradlo. Un testigo de la defensa está en el estrado de los testigos dando su testimonio, pero durante todo él, el fiscal está sentado al lado del jurado y reaccionando a todo lo que dice el testigo usando expresiones faciales y lenguaje corporal. Y, si decís que esto no tiene ningún impacto en el jurado, es que sois muy ingenuos... o fiscales.

Es en esta clase de ambiente en la que se selecciona el jurado para una juicio de pena de muerte. El proceso es llamado "Voir Dire", que es un término del latín que significa "hablar con verdad". El propósito del voir dire es determinar cómo los posibles jurados sienten y piensan sobre un amplio espectro de asuntos. El encantador término utilizado para describir este proceso es "calificar de muerte" al jurado. Parece que si la premisa de nuestro sistema legal es que todos son inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad, el término debería ser menos presuntuoso. En teoría, se supone que este proceso selecciona un jurado que puede actuar de forma imparcial y justa, de tal forma que si el acusado es encontrado culpable, consideren de la misma forma tanto una cadena perpetua como una pena de muerte. Es una teoría bonita, pero eso es todo lo que es.

Al principio del proceso de selección del jurado, a todos los potenciales miembros les entregan un cuestionario que deben completar. Una vez que han respondido, se entregan copias al juez, al fiscal y al abogado del acusado. Ellos revisan cada cuestionario cuidadosamente para ver si hay respuestas que necesitan ser comentadas. Cada jurado es llevado a la sala del tribunal e interrogado por el fiscal, el defensor y el juez. Aquí es donde interviene el mayor error del proceso. Si un jurado declara, en el cuestionario, que se opone a la pena de muerte, serán eximidos de pertenecer al jurado en la mayoría de los casos. Pero si el posible jurado dice que está a favor, pasará a ser interrogado por el fiscal (se le llama rehabilitar al jurado). Todo lo que el fiscal tiene que hacer para eliminar al jurado es decir si "podría" considerar aplicar una cadena perpetua , si el acusado es encontrado culpable. Dado que a la mayoría de la gente le gusta considerarse de m ente abierta, el jurado, por supuesto, dirá que "podrían" considerar aplicar una cadena perpetua, incluso si creen que no es muy probable que lo hicieran... Pero mientras lo digan, están cualificados. Por otro lado, cuando la gente dice que se opone a la pena de muerte y la defensa intenta rehabilitarlos, habitualmente son honestos y declaran que nunca podrían considerar la aplicación de la pena de muerte y que siempre votarían por una cadena perpetua. Si la defensa puede rehabilitar al jurado, consiguiendo que digan "incluso aunque no crean en la pena de muerte, considerarían su aplicación", el juez eliminará a ese persona como jurado, diciendo que no puede ser imparcial.

De esos jurados "calificados de muerte" es elegido el jurado que estará sentado durante el juicio. Pero a causa del proceso, la mayoría de ellos apoyan fuertemente la pena de muerte y, lo que es todavía peor, están claramente a favor del fiscal. Personas que piensan que la policía y los fiscales nunca acusarían a nadie salvo que sea culpable. Así que llegan al juicio con la actitud de que es sólo una mera formalidad por la que tienen que pasar antes de condenar a esa persona a morir. Para ser justos, estoy seguro de que esto no es verdad en todos los casos, pero extrañamente, parece ser el caso de la mayor parte de personas que están sentadas aquí en el corredor de la muerte.

Es todo por ahora. Estoy seguro de que la mayor parte de lo que he hablado es seco y aburrido, pero sentí que era importante hablar de ello. Perdón.

Hasta luego,
Dean